Hablando en italiano el Santo Padre comenzó explicando que la Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita y justicia perfecta. De ahí la pregunta acerca de cómo conciliar ambos conceptos, que parecen referirse a dos realidades que se contradicen.
El Obispo de Roma afirmó que en realidad no es así, precisamente porque la misericordia de Dios lleva a cumplimiento la verdadera justicia. Una justicia que Dios pone en práctica ante los pecadores, puesto que el Señor nos ofrece continuamente su perdón ayudándonos a tomar conciencia de nuestro mal para poder liberarnos.
Francisco reafirmó que Dios no quiere nuestra condena, sino nuestra salvación, y recordó que todas las palabras de los profetas son un llamamiento apasionado y lleno de amor en busca del camino de nuestra conversión.
La justicia de Dios es su perdón, dijo el Papa al concluir esta catequesis. Por esta razón invitó a que, en nuestra calidad de hijos de este Padre bueno, recibamos el perdón divino para, a nuestra vez, perdonar también nosotros a los demás.
(María Fernanda Bernasconi – RV).