XXI Jornada Mundial del Enfermo y asistencia de Mons. Oscar Sarlinga al Hogar de Nuestra Señora de Lourdes el 11 de febrero
La Asociación NUESTRA SEÑORA DE LOURDES fue fundada el 11 de febrero de 2005 por Laurentina Julia Bussano, Adelina Eliza Mariani y un grupo de señoras.
El centro “Nuestra Señora de Lourdes”, ubicado en un barrio humilde, podría llamarse verdaderamente de promoción integral de la persona humana, siendo llevado adelante por una asociación de fieles reconocida por el Obispado en 2007, la cual tiene por finalidad el desarrollo integral humano y católico de las personas, difundiendo el Evangelio a través del carisma de la devoción mariana de la Inmaculada Concepción (Nuestra Señora de Lourdes). La opción preferencial por los pobres y carenciados, en especial los niños sin hogar, está presente en el carisma fundacional. La espiritualidad de la asociación está centrada en buscar la unidad en la pluralidad allí donde viven y trabajan todos los miembros, así como también en la propia asociación, basada su inspiración en Jn 17,21: ”Que todos sean uno” (y asimismo en el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 960; en la encíclica “Ut Unum sint” de SS. Juan Pablo II n. 68; , en el Plan Pastoral de la CEA “Navega mar adentro” n.83).
Enclavado en plena zona pobre de Pilar, el centro de promoción humana integral apunta al respeto a la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, prescindiendo de toda cualidad accidental y procura contribuir a paliar la desunión y violencia en nuestro mundo cotidiano. La sede de la misma asociación está sita en San Salvador 4470 Maquinista Savio (Barrio “Santa Brígida”) 1620 Partido de Pilar en la Provincia de Buenos Aires.
Para dichos objetivos expuestos, cuenta con el HOGAR DE DIA de NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, del Seminario Catequístico Diocesano y de Formación Espiritual “María Inmaculada”, con catequesis de iniciación para niños y adultos, y asimismo promueve retiros y cursos de formación espiritual católica, tanto como cursos de informática, apoyo escolar, talleres de capacitación y otros correlativos (como el Comedor Comunitario y las Colonia Sabatina y de Verano para niños y jóvenes).
PROCESION Y MISA
El jueves 11 de febrero,a las 18 horas, con ocasión de un nuevo aniversario de las apariciones de la Santísima Virgen en Massabielle, Lourdes, diócesis de Tarbes en los Pirineos franceses a Bernarda Soubirous ( Santa M. Bernardita), humilde pastorcita, en consonancia con las demás grutas repetidas y repartidas por el mundo bajo esta advocación mariana del Santuario más visitado del mundo, las celebraciones se inauguraron con la nutrida procesión, en la barriada “Santa Brígida”, jurisdicción parroquial de la Inmaculada Concepción en Maquinista Savio, diócesis de Zárate-Campana. Curiosamente la localidad se asienta sobre la margen de dos partidos, Escobar y Pilar, abarcando parte cada uno. Como hemos dicho, la celebración tuvo lugar en torno al centro misional y centro catequístico “Nuestra Señora de Lourdes” cuya animación está a cargo de la Hna. Laurentina Bussano. Con mucha participación de fieles, la procesión comenzó por calles del barrio, algunas sin asfalto.
Luego es celebrada la santa misa, presidida por el Obispo, y para concluir se procedió a la entrega de diplomas a los egresados del “Seminario Catequístico” que allí funciona. En sus sucesivas visitas a lo largo de estos años, el Sr. Obispo ha centrado sus prédicas en la presencia explícita de la Santísima Virgen en el Nuevo Testamento, y sobre todo en el Evangelio, destacando los versículos del”Magníficat” en el Evangelio según San Lucas, donde María proclama a través de si misma las maravillas del Señor, y San Juan, don los dos episodios, Caná y el Calvario, son suficientes para ver, comprender y agradecer a Dios, que nos mire con el rostro humano de Jesucristo y nos haya dejado su Inmaculada Madre, la Santísima Virgen como Madre Nuestra.
Ha solido mencionar también Mons. Sarlinga la maravilla de la “comunión”, aplicándola a la realización concreta de la expresión del Documento de Puebla, respecto de la parroquia, cuando la llama “comunidad de comunidades”, y destacó que el centro “Nuestra Señora de Lourdes” era una “comunidad” y parte activa de la comunidad más grande de la “parroquia de la Inmaculada Concepción, de Maquinista Savio”, unida en Cristo e impulsada al apostolado por el Espíritu Santo, y esta última comunidad parroquial, a su vez, es parte de la “iglesia diocesana”, donde se encuentran, en comunión con el Sucesor de Pedro, todas las notas de la Iglesia Una Santa Católica y Apostólica, con el Obispo como Sucesor de los Apóstoles.
Otro de los temas destacados ha sido la vocación a la promoción humana integral, esto es caritativa, misionera y de “piedad ecuménica” que se viene desarroillando desde ese centro misional, seminario catequístico y asociación privada de fieles, y el la importancia del alma motriz que viene desplegando la Hna. Laurentina en todo ello. Cabe destacar que los Estatutos de la Asociación Privada de Fieles Ntra. Sra. de Lourdes.
Oración para la XXI Jornada Mundial del Enfermo
Dios omnipotente y eterno,
tú eres nuestro fundamento y nuestra fortaleza,
la Esperanza que nunca nos abandona,
y el Amor que se dona en la Cruz y en la Resurrección de Jesús.
Haz que tu Rostro brille en todos los enfermos,
en los que sufren y en los moribundos,
sé misericordioso con ellos.
Sigue enviando buenos samaritanos
que salven y curen a las personas enfermas, a los que sufren y a los moribundos,
y asistan desinteresadamente a los más débiles.
Santa María, Madre de Dios,
hoy nos dirigimos a ti y te rogamos así:
Tú conoces el dolor de los indefensos,
cuando el sufrimiento no puede ser alejado.
Con tu estar al pie de la cruz y tu padecimiento materno
te has convertido para nosotros en salvación de los enfermos.
Haz que tengamos la fuerza y el valor
de mirar el Crucifijo,
y que soportemos con valentía
nuestros sufrimientos confiándonos en Él.
Dios lleno de bondad, Padre nuestro,
te damos gracias por los numerosos testigos ejemplares
que han recorrido un camino de tribulación
y nos los has donado como nuestros intercesores.
Te damos gracias por Santa Ana Schäffer,
que fue sometida a duras pruebas desde su juventud
y permaneció enferma en cama debido a un grave accidente.
Nos dirigimos a ti, Santa Ana Schäffer:
A través de tus esfuerzos para alcanzar una amistad íntima
con Jesucristo crucificado y resucitado,
lograste no sólo soportar tu pena
sino que también te sacrificaste con Él por los demás que sufren,
sobre todo por los que se sentían privados de la esperanza.
Por medio de tu intercesión, ayúdanos también a nosotros
a abrazar nuestra vida incluso si es afligida por el dolor,
a mirar con confianza a Jesús crucificado
y a recorrer nuestro camino con la certeza
de que el amor de Cristo es más fuerte que cualquier dolor,
más fuerte que el mal y que la muerte.
Dios lleno de bondad, Padre nuestro,
te damos gracias por el Beato Papa Juan Pablo II.
Siempre estuvo al lado de los enfermos y
fue incansable defensor de la vida humana.
Nos dirigimos a ti,
Beato Papa Juan Pablo II:
Haz que con la oración obtengamos la fuerza de la fe y la certeza
de que no nos perderemos,
y que con toda nuestra vida y nuestros padecimientos
estamos a salvo en las manos y en el corazón de Dios.
Danos valor con tu ejemplo de la agonía,
incluso en las últimas horas de nuestra vida.
Señor Dios, te damos gracias también por la Beata Madre Teresa de Calcuta,
un verdadero ángel en las noches oscuras
de los marginados y los moribundos.
Nos dirigimos a ti Beata Madre Teresa que:
confiando en el infinito amor de Jesucristo y
en su sacrificio de muerte en la cruz, hiciste siempre
que la luz de su amor penetrase en la oscuridad del sufrimiento.
Obtén para nosotros la convicción
de que nosotros mismos podemos ser luz para los que sufren.
Haz que podamos irradiar la esperanza,
y que también nosotros reconozcamos en el prójimo, enfermo y sufriente,
el Rostro de nuestro Señor y le donemos nuestra pronta ayuda.
Dios Uno y Trino,
ahora nos entregamos en tus generosas manos paternas.
Confiamos en tu amor sin fin
y que por ti estamos custodiados
en los días buenos y en los malos,
en la vida y en la muerte.
Haz que, a través de nuestro dolor,
se renueve nuestra fe y nuestra confianza en ti
a fin de que todo el pueblo de Dios experimente la gracia de la redención.
Ahora y siempre.
Amén.
MENSAJE DEL SANTO PADRE CON OCASIÓN DE LA XXI JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO
(11 de febrero de 2013)
«Anda y haz tú lo mismo» (Lc 10,37)
Queridos hermanos y hermanas
1. El 11 de febrero de 2013, memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, en el Santuario mariano de Altötting, se celebrará solemnemente la XXI Jornada Mundial del Enfermo. Esta Jornada representa para todos los enfermos, agentes sanitarios, fieles cristianos y para todas la personas de buena voluntad, «un momento fuerte de oración, participación y ofrecimiento del sufrimiento para el bien de la Iglesia, así como de invitación a todos para que reconozcan en el rostro del hermano enfermo el santo rostro de Cristo que, sufriendo, muriendo y resucitando, realizó la salvación de la humanidad» (Juan Pablo II, Carta por la que se instituía la Jornada Mundial del Enfermo, 13 mayo 1992, 3). En esta ocasión, me siento especialmente cercano a cada uno de vosotros, queridos enfermos, que, en los centros de salud y de asistencia, o también en casa, vivís un difícil momento de prueba a causa de la enfermedad y el sufrimiento. Que lleguen a todos las palabras llenas de aliento pronunciadas por los Padres del Concilio Ecuménico Vaticano II: «No estáis… ni abandonados ni inútiles; sois los llamados por Cristo, su viva y transparente imagen» (Mensaje a los enfermos, a todos los que sufren).
2. Para acompañaros en la peregrinación espiritual que desde Lourdes, lugar y símbolo de esperanza y gracia, nos conduce hacia el Santuario de Altötting, quisiera proponer a vuestra consideración la figura emblemática del Buen Samaritano (cf. Lc 10,25-37). La parábola evangélica narrada por san Lucas forma parte de una serie de imágenes y narraciones extraídas de la vida cotidiana, con las que Jesús nos enseña el amor profundo de Dios por todo ser humano, especialmente cuando experimenta la enfermedad y el dolor. Pero además, con las palabras finales de la parábola del Buen Samaritano, «Anda y haz tú lo mismo» (Lc 10,37), el Señor nos señala cuál es la actitud que todo discípulo suyo ha de tener hacia los demás, especialmente hacia los que están necesitados de atención. Se trata por tanto de extraer del amor infinito de Dios, a través de una intensa relación con él en la oración, la fuerza para vivir cada día como el Buen Samaritano, con una atención concreta hacia quien está herido en el cuerpo y el espíritu, hacia quien pide ayuda, aunque sea un desconocido y no tenga recursos. Esto no sólo vale para los agentes pastorales y sanitarios, sino para todos, también para el mismo enfermo, que puede vivir su propia condición en una perspectiva de fe: «Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito» (Enc. Spe salvi, 37).
3. Varios Padres de la Iglesia han visto en la figura del Buen Samaritano al mismo Jesús, y en el hombre caído en manos de los ladrones a Adán, a la humanidad perdida y herida por el propio pecado (cf. Orígenes, Homilía sobre el Evangelio de Lucas XXXIV, 1-9; Ambrosio, Comentario al Evangelio de san Lucas, 71-84; Agustín, Sermón 171). Jesús es el Hijo de Dios, que hace presente el amor del Padre, amor fiel, eterno, sin barreras ni límites. Pero Jesús es también aquel que «se despoja» de su «vestidura divina», que se rebaja de su «condición» divina, para asumir la forma humana (Flp 2,6-8) y acercarse al dolor del hombre, hasta bajar a los infiernos, como recitamos en el Credo, y llevar esperanza y luz. Él no retiene con avidez el ser igual a Dios (cf. Flp 6,6), sino que se inclina, lleno de misericordia, sobre el abismo del sufrimiento humano, para derramar el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
4. El Año de la fe que estamos viviendo constituye una ocasión propicia para intensificar la diaconía de la caridad en nuestras comunidades eclesiales, para ser cada uno buen samaritano del otro, del que está a nuestro lado. En este sentido, y para que nos sirvan de ejemplo y de estímulo, quisiera llamar la atención sobre algunas de las muchas figuras que en la historia de la Iglesia han ayudado a las personas enfermas a valorar el sufrimiento desde el punto de vista humano y espiritual. Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, «experta en la scientia amoris» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo Millennio ineunte, 42), supo vivir «en profunda unión a la Pasión de Jesús» la enfermedad que «la llevaría a la muerte en medio de grandes sufrimientos» (Audiencia general, 6 abril 2011). El venerable Luigi Novarese, del que muchos conservan todavía hoy un vivo recuerdo, advirtió de manera particular en el ejercicio de su ministerio la importancia de la oración por y con los enfermos y los que sufren, a los que acompañaba con frecuencia a los santuarios marianos, de modo especial a la gruta de Lourdes. Movido por la caridad hacia el prójimo, Raúl Follereau dedicó su vida al cuidado de las personas afectadas por el morbo de Hansen, hasta en los lugares más remotos del planeta, promoviendo entre otras cosas la Jornada Mundial contra la lepra. La beata Teresa de Calcuta comenzaba siempre el día encontrando a Jesús en la Eucaristía, saliendo después por las calles con el rosario en la mano para encontrar y servir al Señor presente en los que sufren, especialmente en los que «no son queridos, ni amados, ni atendidos». También santa Ana Schäffer de Mindelstetten supo unir de modo ejemplar sus propios sufrimientos a los de Cristo: «La habitación de la enferma se transformó en una celda conventual, y el sufrimiento en servicio misionero… Fortificada por la comunión cotidiana se convirtió en una intercesora infatigable en la oración, y un espejo del amor de Dios para muchas personas en búsqueda de consejo» (Homilía para la canonización, 21 octubre 2012). En el evangelio destaca la figura de la Bienaventurada Virgen María, que siguió al Hijo sufriente hasta el supremo sacrifico en el Gólgota. No perdió nunca la esperanza en la victoria de Dios sobre el mal, el dolor y la muerte, y supo acoger con el mismo abrazo de fe y amor al Hijo de Dios nacido en la gruta de Belén y muerto en la cruz. Su firme confianza en la potencia divina se vio iluminada por la resurrección de Cristo, que ofrece esperanza a quien se encuentra en el sufrimiento y renueva la certeza de la cercanía y el consuelo del Señor.
5. Quisiera por último dirigir una palabra de profundo reconocimiento y de ánimo a las instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, a las diócesis, las comunidades cristianas, las asociaciones de agentes sanitarios y de voluntarios. Que en todos crezca la conciencia de que «en la aceptación amorosa y generosa de toda vida humana, sobre todo si es débil o enferma, la Iglesia vive hoy un momento fundamental de su misión» (Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Christifideles laici, 38).
Confío esta XXI Jornada Mundial del Enfermo a la intercesión de la Santísima Virgen María de las Gracias, venerada en Altötting, para que acompañe siempre a la humanidad que sufre, en búsqueda de alivio y de firme esperanza, que ayude a todos los que participan en el apostolado de la misericordia a ser buenos samaritanos para sus hermanos y hermanas que padecen la enfermedad y el sufrimiento, a la vez que imparto de todo corazón la Bendición Apostólica.
Vaticano, 2 de enero de 2013
Curso bíblico de verano en Parroquia Ntra. Sra. de las Gracias.
A pedido del Párroco el Pbro. Fernando Crevatín, en la Parroquia Nuestra Señora de la Gracias, de la ciudad de Pilar, los días 15 y 16 de Febrero se realizará, como se viene haciendo todos los años, un Curso de Verano. En esta ocasión, teniendo en cuenta el Año de la Fe, el tema será: “Figuras Creyentes de la Biblia”, dictado por la Lic. Claudia Mendoza.
El mismo curso está destinado a la formación de los agentes pastorales, no solo de ésta parroquia sino de todos aquellos agentes que quieran hacer crecer su espíritu formativo.
La inscripción se puede realizar en la secretaría parroquial de 17:30 a 19:00hs. o llamando al 0230 4422879