El 22 de julio la memoria de Maria Magdalena se celebra liturgicamente como el resto de los Apóstoles, “para que se resalte la misión especial de una mujer que es ejemplo y modelo para todas las mujeres de la iglesia” Papa Francisco. El (Jesus) se apareció en el huerto a Maria Magdalena porque ella lo amo mientras vivía, lo vio morir en la cruz, lo busco yacente en el sepulcro y fue la primera en adorarlo cuando resucito entre los muertos; asi fue honrada con el oficio del apostolado entre los apóstoles para que ellos anunciaran la buena noticia de la vida nueva hasta los confines del mundo.
El pie con el que María Magdalena entro al sepulcro está en Roma
Fuente: ALETEIA
Entre tantos de los tesoros escondidos en Roma, podemos encontrar una reliquia muy particular en la iglesia de San Juan de’Fiorentini: los restos óseos del pie de la “gran convertida”, santa Maria Magdalena.
¿Cómo llegó el pie de María de Magdala a Roma? Para contestar esta pregunta tenemos que hacer un poco de historia. Después de que la santa muriera en su casa en Éfeso, el lugar se convierte primero en su tumba y después en su santuario.
En el año 886, el emperador bizantino León VI hace trasportar su cuerpo a Constantinopla.
Años después, el rey de Jerusalén concede el cuerpo al rey de Francia, y al pasar por Roma, antes de llegar el cuerpo a su destino, le fue retirado el primer pie que entró en el sepulcro donde Cristo había resucitado, el cual fue dispuesto en una capilla en la entrada del Puente Sant’Angelo.
De esta forma, el pie era la última reliquia que los peregrinos debían visitar antes de llegar a la tumba del Apóstol Pedro.
Luego con el tiempo, esta reliquia, custodiada en un elegante relicario de plata, fue olvidada, hasta que en el año 2012 fue trasladada en una solemne procesión a la basílica de San Juan Bautista de’Fiorentini.
En esta basílica podemos también encontrar otras grandes riquezas cristianas. El templo es un verdadero museo de arte barroco con obras de Bernini, Miguel Ángel, Della Porta, entre tantos; como así también de Borromini.
Este artista dejó inconcluso el ábside debido a una grave enfermedad que le llevó a tal desesperación, que el artista se atravesó con una espada, hiriéndose mortalmente, aunque antes de morir se arrepintió religiosamente por este gesto extremo. En la misma basílica se encuentran sus restos.
También podemos encontrar en San Juan Bautista de’Fiorentini, un poco escondida a la derecha en una cálida capillita realizada en su honor, la primera imagen en Roma del Jesús de la Divina Misericordia, por la cual en este año jubilar de la misericordia la basílica se encuentra abierta en horario más prolongado.
Para terminar, quiero compartir una tradición con respecto a santa María Magdalena, que quizás no conocías y viene justamente de una anécdota de la santa, la de los huevos de Pascua.
Se dice que, invitada a un banquete por el emperador Tiberio, esta, sosteniendo un huevo de gallina, exclamó: ¡Cristo ha resucitado! El emperador se rió y le dijo que eso era tan probable como que el huevo se volviera rojo.
Antes de que acabara de hablar, el huevo se había vuelto rojo. Desde entonces los cristianos ortodoxos, en el periodo pascual, pintan los huevos de colores, una tradición que se ha hecho mundialmente popular hasta nuestros días.