1. PLAN TRIENAL PARA LA PASTORAL PENITENCIARIA-
GUIA DE TRABAJO
I.
En la última reunión del Secretariado con nuestros obispos, realizada en Pilar el 26/4/
12, nos pareció oportuno definir unas orientaciones pastorales que renueven nuestro
caminar, y sirvan de marco común para trabajar desde cada comunidad local los
aportes al Plan Trienal de la Pastoral Penitenciaria Argentina. Lo hacemos a la luz de los
lineamientos pastorales que acaba de realizar la Comisión Permanente de la Conferencia
Episcopal, en sintonía con la misión continental propuesta por Aparecida, y el año de la
fe, propuesto por el Papa Benedicto XVI (octubre 2012-noviembre 2013)
Le pedimos a los delegados regionales, integrantes del Equipo Nacional, retransmitan
con prontitud la presente guía de trabajo y el documento orientaciones pastorales
de la PP, junto con los lineamientos de la Comisión permanente de la CEA y la Carta
Apostólica Porta Fidei, para facilitar la lectura de los documentos base.
OBJETIVOS
§ Definir el Plan Trienal para la Pastoral Penitenciaria Argentina, en el encuentro
nacional de responsables a nivel diocesano, regional y nacional, a realizarse del
9 al 13 de febrero de 2013 en Villa Allende, integrando las propuestas de las
comunidades diocesanas y regionales.
§ Fijar algunos indicadores y pautas de evaluación para poder reflexionar sobre
el caminar del Plan Trienal en todas las regiones –en los siguientes encuentros
anuales de responsables- para profundizar las líneas valiosas de acción y realizar
anualmente los ajustes necesarios.
METODOLOGIA DE TRABAJO
1. Analizar y aprobar el documento “Lineamientos Pastorales para la PP” en la
reunión del Equipo Nacional en Rosario, 12 y 13 de mayo 2012. (cumplido)
2. Difundir a través del Equipo Nacional el documento, para que a lo largo del año
sea trabajado por cada comunidad pastoral local y diocesana. Este documento
será objeto de reflexión comunitaria, recomendándose la lectura de los textos
en los que está basado: Documento de Aparecida, Lineamientos pastorales de la
Comisión Permanente de la CEA y la Carta apostólica Porta Fidei. (en marcha)
3. A partir de ese marco compartido, el objetivo será proponer acciones concretas
para desarrollar los lineamientos pastorales, que sean factibles teniendo en
cuenta las realidades que vivimos.
4. Las acciones propuestas serán integradas a nivel diocesano, para ser transmitidas
y trabajadas regionalmente en el VIII Encuentro de Responsables (2013), y luego
integradas en un Plan Trienal de la Pastoral Penitenciaria, asumido por nuestra
Comisión Episcopal.
5. Cada región y diócesis tomará del Plan aquéllas acciones que puedan desarrollar
para trabajar durante el 2013, teniendo en cuenta los indicadores que permitan
posteriormente la evaluación.
6. Anualmente se repetirá el ciclo: propuesta – desarrollo – evaluación y ajuste –
propuesta…. De manera que la Pastoral Penitenciaria dependiente de la Comisión
Episcopal tenga claridad en sus metas, objetivos y acciones para desarrollar la
Introducción
2. PLAN TRIENAL PARA LA PASTORAL PENITENCIARIA-
Misión continental en comunión eclesial: “Que todos sean uno”…
” Por el camino se avanza con los pies”; “desde el pie” creceremos, con pasos
seguros.
A los delegados regionales: les rogamos envíen a Elvi Baigorria y pato Caraffini copia
de los mails donde transmitan todo lo acordado, de manera de ir revisando el listado
de referentes diocesanos y locales. Si tienen alguna duda, o les falta algún contacto, se
comunican también con ellas.
Les iremos enviando recordatorios para transmitir a las diócesis animándolas en el trabajo.
Así nos iremos preparando para el Encuentro de Responsables 2013 y el Encuentro
Nacional.
Si nos damos cuenta que falta información, se las haremos llegar para que la retransmitan.
Ustedes también pueden reclamarla.
¡¡¡Gracias hermanos y hermanas de la pastoral!!!
Secretariado de la P. Penitenciaria
Mayo de 2012
Dcto. Pastoral Penitenciaria
Orientaciones pastorales para el trienio 2012 – 2014
La Misión Continental en el Año de la Fe
I.
A la luz de lo que acaba de realizar la Comisión Permanente de la Conferencia
Episcopal nos parece oportuno también nosotros como Pastoral Penitenciaria
definir unas orientaciones pastorales que renueven nuestro caminar, en sintonía
con la misión continental propuesta por Aparecida y el año de la fe, propuesto por
el Papa Benedicto XVI (octubre 2012-noviembre 2013)
En primer lugar decimos: somos creyentes llamados a servir a nuestros hermanos del
mundo de la carcelación. Buscamos cuidar y acompañar su fe, cuyo testimonio nos
enriquece. Esta es la misión que hemos recibido.
Ante todo, queremos ofrecer el testimonio de nuestra propia fe. Por eso buscamos
compartir con todos la feliz experiencia de haber sido alcanzados por el Señor en el camino
de nuestra vida. Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en El. Somos
discípulos de Jesús, agraciados por el don de su amistad. Lo decimos con sencillez de
corazón: amamos a Jesucristo que nos amó primero y entregó su vida por nosotros. Este es
nuestro gozo más grande. El encuentro con Cristo marcó para siempre nuestra existencia.
La fe que profesamos es la fe de la Iglesia católica. Podemos decir “creo en Jesucristo”,
porque formamos parte del Pueblo de Dios que canta las maravillas del Señor y que, cada
domingo, renueva la fe recibida de los Apóstoles.
Somos hijos de esta Iglesia santa, pero también necesitada de purificación. Reconocemos
que nuestras incoherencias y pecados han provocado desilusión en muchos.
Una certeza nos sostiene: es el Señor el que nos llama y nos envía. Su Palabra es la verdad
que nos ilumina. El nos ha dicho: “Estaré siempre con ustedes” (Mt 28,20). Por eso, como los
apóstoles, también nosotros le decimos: “Señor, confiando en tu Palabra, echaremos las
redes”.
II.
a. La Fe como encuentro personal con Cristo.
El Papa insiste que este año de la fe es una ocasión propicia para que todos los fieles
comprendamos con mayor profundidad que el fundamento de la fe cristiana es “el encuentro
con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación
decisiva”.
Creemos que Cristo está en cada celda, en cada privado de libertad. Este lugar se
vuelve privilegiado para nuestro encuentro con El. Por eso como discípulos misioneros
tendremos que tener muy en cuenta este lugar de encuentro y desde allí profundizar y
proponer el camino de la fe, para esto la Palabra de Dios, la Eucaristía, la catequesis y los
testigos de la fe nos ayudarán.
Somos entonces testigos que el encuentro con Jesucristo se da en el lugar de la Prisión, y
en aquellos lugares que se relacionan con este mundo de la Carcelación.
Introducción
El año de la fe
b. La profesión y comunicación de la Fe.
La fe vivida nos libera del aislamiento del yo y nos pone en comunión con Dios y
nuestros hermanos. El Año de la Fe debe ser una oportunidad para acentuar la dimensión
misionera de fe. Al respecto dice el Papa: “Profesar con la boca indica, a su vez, que la fe implica
un testimonio y un compromiso público. El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado.
La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que
se cree.” Por eso queremos que este Año de la Fe nos lleve como Pastoral Penitenciaria
y Capellanías a un renovado impulso misionero en los ambientes de las Cárceles donde
prestamos nuestro servicio Pastoral, caminar los pabellones y hacer de las celdas lugares de
encuentro. Como así también contagiar a toda la Iglesia su ser misionero en el mundo de la
carcelación.
III. Estilo pastoral
a. La alegría es la puerta para el anuncio de la Buena Noticia y también la consecuencia de
vivir en la fe.
Como discípulos misioneros no puede faltar en nosotros la alegría, que se renueva en el
encuentro con el otro, en especial con la persona privada de libertad: allí está Cristo. La
Cárcel ciertamente no responde al sueño de Dios para sus hijos; El allí nos envía para ser
testigos de su amor y misericordia. La alegría es camino hacia la confianza y encuentro con
Dios Padre.
Por eso es fundamental en este tiempo que los agentes de pastoral expresemos con nuestro
testimonio de vida la alegría de creer en Cristo. El anuncio de una “gran alegría” debe
marcar el estilo y la mística de la nueva evangelización para provocar un acercamiento a la
fe teniendo en cuenta que la Iglesia crece, no por proselitismo, sino por atracción. Con su
amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca
a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo.
Somos testigos de un Dios que nos ha dado la vida en la libertad y la alegría de vivirla, más
allá de los lugares y situaciones que tenemos que enfrentar.
b. El entusiasmo
El entusiasmo es la experiencia de un “Dios activo dentro de mí” para ser guiado por su
fuerza y sabiduría. Implica también la exaltación del ánimo por algo que causa interés,
alegría y admiración, provocado por una fuerte motivación interior. Se expresa como
apasionamiento, fervor, audacia y empeño. Se opone al desaliento, al desinterés, a la apatía,
a la frialdad y a la desilusión. Con entusiasmo y de manera apasionada, queremos vivir
nuestro compromiso con la persona privada de libertad y el mundo de la carcelación. Esto
nos lleva a compartir la vida, siendo testigos que es posible un mundo para todos.
La nueva evangelización requiere de agentes evangelizadores entusiastas, que confíen en
la fuerza del Espíritu que habita en cada uno (Ez.36,26) y lo impulsa desde dentro para
anunciar el Evangelio.
El Espíritu graba en nosotros la certeza de ser amados por Dios, nos sostiene firmes en
la esperanza, nos lleva a acercarnos al prójimo con entrañas de misericordia, nos mueve a
vincularnos cordialmente con los demás en la mística de comunión, nos impulsa para compartir
la alegría del Evangelio con un constante y renovado fervor misionero, involucrando toda
nuestra vida.
c. La cercanía
El Dios de Jesús se revela como un Dios cercano y amigo del hombre. El estilo de Jesús
se distingue por la cercanía cordial. Los cristianos aprendemos ese estilo en el encuentro
personal con Jesucristo vivo, encuentro que ha de ser permanente empeño de todo
discípulo misionero. Desbordado de gozo por ese encuentro el discípulo busca acercarse a
todos para compartir su alegría.
La misión es relación y por eso se despliega a través de la cercanía, de la creación de
vínculos personales sostenidos en el tiempo. El amigo de Jesús se hace cercano a todos,
sale al encuentro generando relaciones interpersonales que susciten, despierten y enciendan
el interés por la verdad. De la amistad con Jesucristo surge un nuevo modo de relación con
el prójimo, a quien se ve siempre como hermano.
Aparecida dice: “Nos duele, en fin, la situación inhumana en que vive la gran mayoría
de los presos, que también necesitan de nuestra presencia solidaria y de nuestra ayuda
fraterna” DA 65). Esta realidad nos interpela y nos apremia. La Pastoral Penitenciaria,
no es una pastoral a la distancia, no valen las buenas intenciones y deseos, se vive en
la cercanía, en la visita, una cercanía que comienza desde el corazón y toma vida con
todo nuestro ser. Podemos estar implicados de manera directa con nuestra presencia
en la Cárcel, o desde el servicio en distintos ámbitos de la Pastoral Penitenciaria, pero
lo hacemos siempre en este espíritu de Jesús: la cercanía, creando vínculos. A través de
nuestra presencia cercana, el otro se descubre amado y querido por Dios, que le ama sin
condiciones, solo por ser su hijo. Estamos llamados a ser el rostro cercano de Dios.
En este espíritu cobra particular relieve la liturgia del sacramento de la Reconciliación. Ese
es el ámbito privilegiado en el que los sacerdotes (Párroco, Capellán, Obispo) secundando
la acción de la gracia, despliegan su ardor misionero y se muestran cercanos y cordiales con
el penitente, cuando el Señor comunica su misericordia en la liturgia sacramental.
IV. Ámbitos pastorales prioritarios
1. Iniciación Cristiana – Catequesis
-Destacamos en este aspecto el lugar preminente que debe tener, en esta tarea la
Palabra de Dios ofrecida como alimento y sustento para todos los “discípulos de
Jesús.”
-También es necesario actualizar o renovar la modalidad catequística desarrollada de
acuerdo a los nuevos desafíos.
-Y no olvidemos que la vivencia eclesial de la fe necesita de una comunidad viva que sea
fuente de comunión misionera.
Para pensar y planificar líneas de acción: ¿cómo potenciar la centralidad de la Palabra
de Dios?; ¿y la catequesis? (¿publicar algún material?); ¿cómo acentuar la presencia y
cercanía de la comunidad cristiana con la persona privada de libertad?
2 .Evangelización de la cultura.
La ruptura entre el evangelio y la cultura, como afirmaba Pablo VI, sigue siendo un
desafío que debemos priorizar. El encuentro personal con Jesucristo tiene que llevarnos a
transformar, con la fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes,
los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de
vida.
“El Año de la Fe será también una buena oportunidad para intensificar la caridad. La fe sin la caridad
no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se
necesitan mutuamente.”
Para pensar y planificar líneas de acción:
– Desde la Pastoral Penitenciaria debemos buscar la justicia social, apoyar y promover todo
lo que ayude a construir un mundo sin Cárceles y la posibilidad de que aquellos que han
perdido la libertad la recuperen con posibilidades para salir adelante. Se vuelve prioritario
el tema de los DDHH y la construcción de una sociedad más justa y fraterna, con igualdad
de oportunidades para todos, y que la Cárcel no sea la respuesta para aquellos que tienen
conflicto con la ley. ¿Cómo trabajar con los profesionales? ¿Cómo incidir en el mundo
de las leyes?; ¿cómo incidir en los criterios, prejuicios, …. del mundo de la carcelación?
¿Cómo formarnos y formar a todos los protagonistas del mundo de la carcelación en la
Doctrina Social de la Iglesia?
– La Parroquia es el ámbito donde la familia de la persona privada de libertad debe
encontrar comprensión y acompañamiento en todo el proceso que le toca vivir, y es
insustituible en la acogida comunitaria del excarcelado. La persona privada de libertad debe
contar con el acompañamiento de su familia desde Caritas y otras instituciones. ¿Cómo
avanzar por este camino?
– Aparecida (429) llama a una atención muy cercana a la familia de los privados de libertad,
¿qué pasos potenciar? ¿qué pasos dar?
-Uno de los medios providenciales y adecuados para la transmisión de la fe es la “piedad
popular”. ¿Cómo acompañarla en el mundo de la carcelación?
3. Pastoral vocacional
La nueva evangelización necesita obreros.
Para pensar y planificar líneas de acción: ¿Cómo generar el compromiso de la
comunidad por el mundo de la carcelación? ¿Cómo llegar especialmente a los jóvenes?
¿Cómo despertar esta opción preferencial en seminaristas, diáconos, sacerdotes y obispos?
4. Gestos misioneros con ocasión del “Año de la Fe”
El Papa invita para este año de la Fe que cada diócesis, parroquia, escuela católica y todas
las comunidades apostólicas hagan una celebración de apertura y solemne conclusión
confesando la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo.
Para pensar y planificar líneas de acción: ¿Qué sugerimos para los contextos de
encierro, Capillas o lugares de nuestras cárceles para compartir la fe en comunión con toda
la Iglesia?
El Papa también destaca que será conveniente promover misiones populares y otras
iniciativas en las parroquias y en los lugares de trabajo
Para pensar y planificar líneas de acción: ¿Qué podemos pensar para los ambientes
Carcelarios, la Justicia, y el Personal Penitenciario?-